miércoles, 8 de abril de 2015

El Jardín de las tres culturas. Parque Juan Carlos I

    Los alumnos de Quinto hemos realizado una bonita excursión al Parque Juan Carlos I, haciendo un recorrido en tren y visitando el Jardín de las Tres Culturas. ¡Precioso!

       La convivencia de las tres culturas, cristiana, islámica y judía, a lo largo de nuestra historia y hasta el siglo XV, contribuyó al común patrimonio de la cultura española, enriquecida por el trasvase de ideas desde Oriente a Occidente, de Al-Andalus a la España cristiana, y de aquí al resto de Europa.

      El Jardín de las Tres Culturas representa la herencia de España. Intenta revalorizar y recuperar el aporte cultural y la creatividad surgidos del encuentro de tres culturas que compartieron el mismo suelo durante un largo período de nuestro pasado, y está situado dentro del anillo que constituye el Parque Juan 
Carlos I, 

EL PARAÍSO: ÁRBOL DE LA VIDA
El recorrido principal se inicia en la pequeña plaza circular que sirve de acceso y que arranca del olivar y que tiene como elemento dominante una estructura de madera de hito, y sobre el monolito se encuentran tres textos de poetas medievales españoles referidos al jardín del Paraíso: Fray Luis de León, poeta cristiano, Slomo Ibn Gabirol, judío, y Al Maqqari, musulmán.


“El aire el Huerto orea
y ofrece mil olores al sentido:
los árboles menea con remanso ruido
  que del oro y del cetro pone olvido”

(De Fray Luis de León en ”La vida retirada”)









“No existe el jardín del paraíso
sino en vuestras moradas (…..)
no penséis que mañana entraréis en el fuego eterno:
no se entra en el infierno tras vivir en el paraíso.”
(De Al Maqqari)









“¿No ves amigo, que es el cielo como el arriete
del jardín,
las estrellas como lirios
y la luna
como el pilón de la fuente?”
(De Shlomo Ibn Gabirol)


      En el centro se encuentra el Árbol de la Vida. Esta escultura de hormigón, hojas de acero y madera, constituye la puerta hacia cada uno de los tres jardines. Como los cuatro ríos del Edén bíblico o del Paraíso coránico, por debajo de la plataforma brotan cuatroacequias. Vierten sus aguas en otra acequia circular que sirve de límite al Paraíso, y que se fragmenta siguiendo la línea del borde del camino, formando una lámina de agua a un nivel inferior. Vegetación variada y exuberante de palmeras refuerzan el concepto de oasis común a las tres culturas nacidas en regiones desérticas donde este paraíso no se da con facilidad.


     En ella se ubica el gran portal de acceso que es ”El Árbol de la Vida”, una gran escultura de hormigón, acero y madera nos remite al Génesis bíblico mediante una inscripción. Se describe el Jardín del Edén (del hebreo gan eden) o punto máximo de interrelación entre hombre y naturaleza. En ella se rinde culto al árbol como símbolo de unión entre lo terrenal, lo tangible, y la divinidad.


      De aquí parten cuatro acequias (representación de ríos históricos como el Tigris y el Eúfrates) que vierten sus aguas –símbolo de la vida- sobre otra acequia en forma circular, marcando el límite de lo que simboliza el Paraíso respecto al árido desierto exterior. Todo ello con gran profusión de palmeras y vegetación, reforzando la idea de oasis o refugio de vida. Finalmente, descienden tres sinuosos caminos que llevan a los distintos jardines árabe, cristiano y judío.

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